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Asociación de víctimas de medicamentos

 

ED Síndrome de stevens johnson - síndrome de lyell 1981

El 07 de Marzo, 1981, no me encontraba muy bien acababa de operarme de un injerto de tímpano, algunas semanas antes el cirujano me había recetado, como tratamiento post-operatorio pastillas. Mi padre fue a buscarlas a la farmacia, el vendedor le dijo: “esto es fuerte”. Me dije voy a tomar estas pastillas y todo estará bien, y fue lo contrario. Por tanto el 7 de Marzo, comencé a tener fiebre, (sensación de gripe), le pedí a mi madre hacerme una taza de tila con la cual cure de la gripe rápidamente, pues yo en aquella época estaba contra los medicamentos químicos, a pesar de todo tomaba los medicamentos recetados, pues confiaba en el sistema y habría leído la nota, que este no se recomendaba para las mujeres en cinta, por lo tanto me sentía privilegiado. Por la tarde mi madre, no me dio tilas, me fui a pasear, volví todavía con mas fiebre, Esta vez mi madre me hizo la tila, una vez y después do, pero no mejoré. En la noche del 7 al 8, después del 8 al 9, no podía dormir, los ojos ardían, me levanto para mojarlos con agua, esto me alivió muy poco. El 9 de Marzo tenía que ir a visitar a unos amigos por la mañana, fui pero la luz me molestaba mucho, me encontraba mal, después de comer tengo que meterme en la cama, estoy verdaderamente agotado por la tarde, tengo la garganta ardiendo. Por la noche mi padre llamó a un médico el cual viene y mira mi garganta pero ojea 5 ó 6 veces la caja de sulfamidas, el médico diagnostica una simple angina, me receta unos remedios, pero mi estado continua empeorando.

Al día siguiente mi madre me hace ir al médico de familia, el cual ve que estoy mal, me receta inyecciones de antibióticos al cabo de pocos días la religiosa que viene a ponerme las inyecciones ve que mi estado empeora (yo también lo veo), me dice tienes los ojos y los labios hinchados, estas sufriendo una alergia. Mi médico termina por diagnosticar el Síndrome de Stevens Johnson, se le muestra otra vez la caja de sulfamidas y dice: “es esto” entonces paro de inmediato el medicamento y retomo fuerzas, pero al cabo de uno o dos días me hospitalizan sin fiuerzas, pues ni comía ni bebía desde hacía 8 días. Me ponen bajo perfusión y me encuentro mal. Es en el hospital que comienzo a sentir mal en los ojos. Después de 8 a 10 días de hospitalización, salí del hospital sin ningún consejo, después de numerosas curas oftalmológicas, no puedo frenar la degradación de mi visión. He perdido el 80-90 % de mi vista. Esto dicho en 2.001, he conseguido hacer condenar al laboratorio fabricante del medicamento.ED

 

2º Testimonio

 

Abril 1981, una minuta de 6 años, en esa época me curaban, por una angina, pero la fiebre no cesaba de aumentar, me dolían los ojos y aparecieron ampollas por todo mi cuerpo. El me diagnosticó una varicela, por lo que se me trata para ello. Al día siguiente mis padres vieron que no había ninguna mejoría y que mi esta do se agravaba de hora en hora, llaman al mismo médico que continúa a diagnosticarme varicela, pero sobre infectada receta, un nuevo tratamiento. En día pasado mañana mis padres me descubren peor y deciden llevarme a urgencias. Allí caigo en coma 3 semanas, durante todo ese tiempo me inyectan muchos productos, me hacen transfusiones, el doctor confiesa a mis padres mi muerte, muy próxima, pues había descubierto que tenía el síndrome de Stevens-Johnson, Lyell, no lo se informe desaparecido. Lo que yo se es que han visto mi infancia y que hoy en día a pesar de los años pasados, las secuelas estan ahí. DL

 

 

 

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